¿Y si mi idea no es tan buena como pensaba?
Te cuento algo que pasa más seguido de lo que creemos: muchas personas tienen una idea de negocio dando vueltas en la cabeza (a veces desde hace años), pero no se atreven a lanzarse porque no saben si “vale la pena”. ¿Y si nadie la compra? ¿Y si no es tan buena como pensaban?
La buena noticia es que no necesitas adivinarlo. Puedes averiguarlo, paso a paso, con calma… y sin vender tu alma (ni tus ahorros).
Todo parte por un problema (sí, uno real)
Una buena idea de negocio no nace solo porque se te ocurrió algo “entrete” o viste que a otra persona le funcionó.
Una buena idea parte de un problema real que alguien necesita resolver. Piensa en esto: ¿qué problema está resolviendo tu idea? Y más importante aún: ¿ese problema lo tiene alguien más? ¿Ese alguien estaría dispuesto a pagar por resolverlo?
Si no estás segura, no te preocupes. Este es el momento perfecto para salir al mundo y preguntar.
Nada mejor que una buena conversa con posibles clientes para empezar a validar tu idea. Pregúntales:
No es una encuesta aburrida ni un estudio formal. Es sentarte a escuchar de verdad.
La validación más honesta: la billetera
Una cosa es que alguien te diga “¡me encanta tu idea!”, y otra muuuy distinta es que esté dispuesta a pagar por ella.
Una forma simple de saber si vas por buen camino es lanzar un mini experimento.
Por ejemplo:
Sí, lo sé. Esta parte puede parecer fome o intimidante, pero tranqui. No necesitas ser contadora para sacar una idea general.
Hazte estas preguntas:
Si los números no cierran del todo, tal vez no es un “no”… sino un “hay que ajustar”.
Si no funciona, no fallaste
Muchas ideas brillan después de algunos ajustes. Quizás el público objetivo no era el correcto, quizás el formato no es el ideal, quizás puedes simplificarlo y probar de otra forma.
En resumen…
Tener una idea es el primer paso, ¡y ya lo diste!
Ahora toca bajarla a tierra, conversar con quienes podrían necesitarla, probar (aunque sea en pequeño) y mirar los números con honestidad.
Validar no es frenar tus sueños, es darles dirección.
Y si necesitas una mano en este proceso… por acá estoy. 😉